El resultado final de la instalación ofrece una propuesta decorativa y funcional, basada en la colocación en el techo de una composición de paneles acústicos fonoabsorbentes circulares de color blanco, distribuidos en diferentes diámetros (580 mm, 390 mm y 190 mm), todos con un espesor uniforme de 40 mm. Esta solución no solo mejora notablemente la acústica del espacio, sino que también aporta un valor estético distintivo, con un diseño limpio y contemporáneo que se integra perfectamente en el ambiente del local.

Los paneles utilizados cumplen con la normativa vigente del Código Técnico de la Edificación (CTE) para locales de pública concurrencia y cuentan con clasificación de reacción al fuego Euroclase B-s2, d0, lo que los hace ignífugos y seguros. Además, presentan clasificación acústica A, están certificados como libres de emisiones COV según la norma ISO 16000, y cuentan con acreditación antibacteriana y antifúngica, lo que los convierte en una solución saludable y sostenible.

En cuanto al material empleado, se trata de paneles fabricados en FOAM, un compuesto que se obtiene mediante la reacción entre polioles y poliisocianatos, resultando en un material ligero, flexible y fácil de instalar. Sus propiedades físicas lo hacen especialmente resistente a la humedad, al envejecimiento y a los cambios térmicos, lo que garantiza una larga durabilidad y bajo mantenimiento. Desde el punto de vista técnico, el FOAM actúa como un excelente absorbente acústico, reduciendo la reverberación y las reflexiones sonoras, atenuando el ruido de impacto y mejorando la calidad sonora entre espacios contiguos gracias a su estructura porosa y elástica.